Mes: febrero 2013

Ideas del método #annoyomics para un emprendedor

Amigo Jorge,

En Navidades me regalaron el libro «#Annoyomics El arte de molestar para ganar dinero» de Risto Mejide y su rapidísima lectura me ha animado a escribir este post. El autor, emprendedor además de publicista, conferenciante, crítico musical y otras funciones, demuestra saber algo de marketing, manteniendo al lector siempre en vilo. Estructurado en capítulos cortos, alterna ejemplos de «molestias» exitosas, junto con su visión de su historia como jurado en Operación Triunfo, programa televisivo que le disparó a la fama. Engancha de tal forma que sin ánimo de parafrasear a Jordi Sevilla «se lee en dos tardes».

Siendo la compra y posterior lectura la opción preferida por el autor, el amigo Yoriento, te lo resume en 2 palabras en un post.

A mi juicio el libro es entretenido, se puede estar de acuerdo con la propuesta de «método» o no, y podrá gustar más o menos la imagen (siempre polémica) del escritor, pero la realidad es que se incluyen un buen puñado de casos reales de publicidad exitosa basada en la molestia, se subraya la importancia del social media en este sentido y da buenas pistas sobre cómo una pyme o un proyecto emprendedor puede destacarse en un mundo hipercompetitivo como es el actual y en el que la publicidad la copan las grandes marcas.

No obstante, las pymes, los emprendedores y todos los que quieran hacer marca personal están de enhorabuena,  Internet ha cambiado el paradigma de la relación marca-consumidor y ya no se llega a éstos solo por los medios de comunicación tradicionales, quienes filtraban todos los contenidos previo pago normalmente, sino que ahora cada persona, cada marca, cada proyecto ya es en sí mismo un medio, por lo que con una buena (y «molesta») estrategia cualquier emprendedor puede destacarse, sobresalir y, lo más importante, ganar dinero.

Y es precisamente en este hecho donde nace mi inspiración para el post, en intentar aplicar el método del autor (muy versátil, válido para marcas, proyectos o personas) al mundo del emprendedor en el que trabajo, superresumiendo el libro en 3 planteamientos o pistas que todo emprendedor puede hacer para diferenciarse, para hacerse notar, para llegar a más público y en resumen, para vender más.

Busca aquello que te hace diferente, único. El autor insiste en que no se debe buscar aquello que te hace especial sino en lo que eres raro. Aplicado al objetivo del post, es aquella característica que tienes tu como emprendedor, o tu equipo, que os hace absolutamente diferenciales, que nadie nunca os podría copiar (al menos no fácilmente) y en la que además podríais incidir permanentemente en vuestras comunicaciones ya que es obvio que tenéis (y de forma única) esa peculiaridad. Si además esta característica es capaz de polarizar y conseguir que automáticamente alguien se posicione, a favor o en contra, pues mejor (en esto insiste bastante Risto Mejide). Sobre esta particularidad única pivota permanentemente tu política de comunicación, tus intervenciones públicas y tus presentaciones. Ejemplo rápido y tonto, en mi caso personal podría decir que escribo los posts largos y barrocos, que digo con 16 palabras lo que podría decir en 6, sé que no gustara a todos, pero al menos esta «rareza» sin duda me define y a ti, que me lees, espero que te guste, jeje. Si no encuentras tu rareza el amigo Risto Mejide también te ayuda a encontrarla, y si ni por esas, pues te la inventas! 😉

Ten un «adversario» contra el que poder arremeter o al que poder combatir en tus acciones de comunicación. Cuanto más grande e inalcanzable, mejor. Puede ser una compañía, una marca o simplemente un concepto. Si tienes un Goliat contra el que luchar en tu sector, conviértete en su adversario, sé el David que con tu pequeña onda con piedrecitas amenazas con tumbarle. Si no lo tienes, busca los valores que representa  o defiende tu mayor competidor y combátelos. Y si no los encuentras, que tu enemigo sea la enfermedad social para la que tu empresa será la medicina, el dolor que tus servicios van a calmar, o la frustración que vas a combatir: ese será tu enemigo. Y lo dicho, cuanto más grande sea esta frustración que tu empresa cura o cuantos más adeptos puedas polarizar a tu favor en esta cruzada, pues mejor. Por ej. Si tienes una empresa de moda sostenible o ética, que vendes productos hechos a mano siguiendo unos parámetros de ecología, ética y fabricación responsable, tus enemigos bien podrían ser las grandes marcas de tu sector de producción automatizada (todas o alguna en concreto) o en su defecto, la explotación a la que someten a sus  trabajadores en sus lugares de producción o incluso la vida actual que nos lleva a consumir este tipo de productos. Con este «gran enemigo» tienes para varias campañas de comunicación «molestas» para esas grandes marcas, con fotos de niños trabajando o de fábricas en condiciones infrahumanas, etc.

Marketing Guerrilla en la que quede claro qué posición defiendes y hazte oír. Internet ha hecho más fácil que nunca el poder conocer e interactuar con tus seguidores o con tus detractores. Qué hacer aquí? Basándote en lo antes mencionado (tu característica genuina y tu adversario) hay miles de acciones que poner en marcha en las  que solo tu ingenio, tu capacidad y tus ganas de «molestar» pondrán el límite: escribe posts simpáticos en donde atices (con respeto siempre) a tu enemigo, trabaja el «link bait» aunque sea malo (y le moleste al bueno de David Bonilla), trollea un poco en twitter y facebook tanto a tus adversarios directos como a sus seguidores, intenta hacer un viral ridiculizándoles con humor, promociona tu producto de forma original justamente en la puerta de un evento o feria a donde acuden los clientes de tu adversario, participa de ponente en miles de eventos defendiendo tus tesis belicosas  y atizando a tu adversario y di cosas sorprendentes e imprevisibles… Obviamente siempre desde el respeto, con un espíritu constructivo y basado en la sana competencia. Y si es con humor pues mejor, hay infinidad de opciones. Además las técnicas de marketing guerrilla siempre conviene utilizarlas cuando empiezas, ya sea con medios  molestos o no. En internet hay muchísimos blogs de los que coger ideas. 

El autor deja clarísimo en el libro que cuando habla de molestar, se refiere a «molestar bien» y lo define del siguiente modo: «Cualquier acción premeditada que busca venderle algo a alguien mediante la provocación de algún tipo de incomodidad».

A mi entender no es un método ni para todos los emprendedores, ni para todos los proyectos, ya que los que lo lleven a cabo sin duda tendrán que sentirse cómodos con el mismo. Lo que desde luego es innegable es que su puesta en práctica, más fácil que nunca dado al cambio de paradigma de la comunicación producido por internet, si se hace con éxito, permite diferenciarte por pequeño que seas en un entorno competitivo de una forma rápida y barata, vender más y al final, ganar más dinero. Algo inalcanzable hace unos pocos años.

El propio Risto Mejide,  y sobre todo su «marca personal» es un caso de éxito rotundo de su método, como bien recalca en el libro.

Entonces… a quién vas a molestar hoy? 😉

Un abrazo.

Emilio

PD. Qué mejor que una campaña «molesta», exitosa y reciente para ir encabezando este post. Aquí link al video completo por si no lo hubieras podido ver arriba o no te apareciera. Los amigos de Idealista con su anuncio de «pilladas» lo bordaron el verano pasado. Como explica su Cofundador y CEO Jesús Encinar la campaña fue un rotundo éxito.  Desconozco por completo si esta campaña fue llevada a cabo por la agencia de Risto Mejide o no, pero la realidad es que cuanto leí Annoyomics me vino a la mente este anuncio. Espero que os guste! 🙂

Sobre héroes españoles anónimos u olvidados: una reflexión y una idea

Amigo Jorge, Cartel_ProfesorMax1

Gracias a esas lanzaderas del turismo espontáneo que son las cajas-regalo, acabé en Brihuega (maravilloso pueblo de Guadalajara) donde tuve la oportunidad de conocer, entre diversos atractivos y monumentos, el interesantísimo museo mundial de miniaturas del profesor Max. Por casualidad, como siempre pasan estas cosas, casi sin querer, acabé hablando con el fundador y director del museo, a la sazón sobrino del mismísimo Profesor Max. La historia de su tío,  Juan Elegido Millán, aunque conocido con el nombre artístico de Profesor Max, es absolutamente  fascinante. Brihuego de nacimiento, su vida da para escribir varias novelas: Juan  fue médico, escritor y lo más importante, mentalista e hipnotizador. Con una maleta viajó por todo el mundo entre los años 40 y 60, especialmente en África y América del Sur, realizando shows de hipnosis. Muy aficionado a las miniaturas (lo único capaz de llevar en cantidad en una maleta según él mismo), fue recopilando baúles y baúles de éstas, que conseguía de las formas más inverosímiles (no tengo palabras sobre la aventura por la que se hizo con la cabeza jibarizada de un misionero blanco), más propias de los grandes exploradores ingleses que de un médico guadalajareño. Consiguió tener la mayor colección del mundo de miniaturas, hoy en manos de sus herederos, entre las que se encuentran varios Record Guiness.

Más allá de que el museo es una auténtica virguería, lo que realmente me inspiró para escribir este post fue la historia absolutamente fascinante e increíble del Profesor Max. ¿cómo es posible que un personaje así, con una vida tan bohemia y apasionante, con tantísimas aventuras y anécdotas inverosímiles sea un absoluto desconocido para la gran mayoría de nosotros? El mero hecho de contemplar los carteles de sus espectáculos es una experiencia indescriptible, éstos desprenden una magia, una ternura y un misterio completamente sobrecogedores. Este «descubrimiento» me hizo reflexionar bastante y me acabó animando a escribir este post; dividido en una reflexión y una idea.

Mi reflexión: Aunque mi conversación con su sobrino fue relativemente breve, no me quedó la menor duda de que su vida no solo daría para un documental de cierto interés, sino para varias novelas o incluso alguna película o serie de televisión. Un mero rastreo breve por la red (esta entrevista que le hacen en ABC en el año 65 es magnífica), demuestra que no solo yo quedé sorprendido por la azarosa la vida del Profesor Max, aunque lamentablemente la información encontrada no va más allá de algunos artículos turísticos o posts en blog menores (lo más relevante son unas palabras sobre él en Cuarto Milenio de Íker Jímenez), una auténtica pena ¿no son por ejemplo un referente mundial los viajes de Phileas Fogg, de Marco Polo o del Dr. Livingstone? Las aventuras en la África Negra de un hipnotizador español de mitad del siglo XX a donde viajaba solo con su maleta coleccionando miniaturas seguro que desprenden un interés, si no histórico, al menos sí novelero o similar. Mi reflexión al respecto, es que en España tenemos una cierta cainita tendencia a no valorar apenas «lo nuestro», a ningunearlo u ocultarlo o en su defecto a subrayar las partes «oscuras» de nuestros héroes y no sus hazañas; cosa que en absoluto pasa en otros países, especialmente los anglosajones, cuya cultura impera, lo que se puede comprobar viendo el enorme impacto que «sus héroes» tienen en los mercados de comunicación de masas (cine, teatro, TV). Su dominio de las herramientas del marketing y la publicidad han hecho el resto. Personas reales como el Capitán Nelson, Benjamin Franklin, el Capitan Cook o Marco Polo, o ficticios como Sherlok Homes o Drácula, son mundialmente conocidos, a ellos se les dedican no pocas calles, plazas o museos, sino películas, obras de teatro e infinidad de novelas, ensayos, libros, series, cómics, rutas turísticas… Aquí sin embargo, me da la sensación que tenemos personajes (de todas las épocas),  que de no haber nacido españoles serían sin duda referentes o héroes en sus respectivos países, ya sea por sus logros intelectuales o bélicos o por lo interesante de sus vidas; y sin embargo quedan poco más o menos que en el anonimato. Se salvan algunos casos puntuales como Cristobal Colón (suponiendo que fuera español), el Cid Campeador, Cervantes, Dalí o Picasso entre los personajes históricos o Don Quijote (quizás también Alatriste) entre los ficticios. Entre esos héroes anónimos u olvidados, me vienen a la cabeza algunos del medievo como Maumónides, héroes bélicos como Blas de Lezo (lee sobre este hombre que su historia es apasionantísima) o El Gran Capitán (no me atrevo a incluir a los conquistadores) y por supuesto grandes aventureros del Siglo XIX y XX  como Alí Bey (viajó antes que ningún occidental por diversos países árabes), el Marqués de Salamanca o el mismo Profesor Max. Entre los ficticios más o menos olvidados no puedo dejar de mencionar al Lazarillo o La Celestina o los Cómics de Zipi y Zape o El Capitán Trueno.

Mi duda es ¿por qué este olvido de estos personajes? lo ignoro y no es ese el fin de este post, pero me imagino que algo habrá tenido que ver la falta de peso internacional de la cultura española en el momento de la eclosión cultural mundial de finales del siglo XX provocada por el cine y la TV, y también quizás a un bienintencionado deseo de no hacer excesivo hincapié en héroes genuinamente españoles para no «chocar» con algunos sectores nacionalistas o quizás a una errónea identificación peyorativa de todo «lo español» con el franquismo. En cualquier caso, el motivo no importa tanto, aunque creo que es un error este olvido, aún se está a tiempo de corregirlo. Estos héroes nacionales, especialmente cuando son referenciados en el ámbito genuinamente local (caso del Profesor Max en su Brihuega natal), son motivo de orgullo entre sus paisanos, despiertan el interés por la historia (por la suya y por su época), son un excepcional instrumento de marketing local y sirven de indudable referencia positiva para generaciones futuras. ¿o acaso no se sienten orgullosos los manchegos de Don Quijote, los malagueños de Picasso o los mostoleños de Iker Casillas?

Esta reflexión me lleva a una idea. ¿por qué no poner en valor este patrimonio histórico y cultural que suponen estos héroes locales españoles, tristemente anónimos y olvidados para que se conviertan en un referente cultural, histórico e incluso turístico o mediático para sus localidades de origen? A mi juicio presentan un potencial enorme.

Lo argumento, en plan cuento de la lechera y tomando como ejemplo al profesor Max, mi inspiración para este post, pero que serviría en líneas generales para cualquier personaje reseñable o notoria de la localidad que quieras. Las miniaturas del profesor Max, ya se han convertido en un atractivo turístico más de Brihuega, con el innegable efecto positivo para el pueblo. Es un negocio más en la localidad, que paga impuestos, crea empleo, cotiza por sus trabajadores,  etc… además de la enorme importancia patrimonial que implica para el pueblo el ser sede de semejante colección de joyas y premios Guinness de miniaturas. Voy más allá del museo y pienso ya en el personaje: el profesor Max. Una vida tan ajetreada, bohemia y apasionante bien se merece un estudio más profundo y detallado, ¿por qué no buscar fondos para investigar más sobre él? No tengo la menor duda que las anécdotas serán infinitas. Para esto se podrían buscar patrocinadores o usar plataformas de crowdfunding. Sigo argumentando, si el profesor Max estuvo de gira durante años por África y Latinoamérica seguro que habrá documentos y escritos sobre su estancia allí, es más, incluso existirán personas aún vivas que le conocieron y que podrían contar y atestiguar sus aventuras en primera persona. Con este material recopilado, bien se podría hacer una biografía completa del profesor, un documental e incluso, por qué no, algunas novelas basadas en sus historias (herramientas como Bubok o Libros.com serían inmejorables) o incluso un serial o película como colofón (o varias). Con la galopante falta de originalidad reinante en el mundo del cine (Spiderman IV, ni se sabe qué versión de Batman llevan ya, Torrente…) actual, y con lo atractivo que es el mundo de la magia en general para la gran pantalla (El Truco Final, El ilusionista…), teniendo en cuenta además que el Profesor Max también fue coétaneo y ¿»rival»? de otros ilusionistas patrios como Alba o Fassman, y el amplio espectro de público para el que está destinado el cine de aventuras, ¿qué mejor guión para una película que uno inspirado en la vida de un personaje real con todos estos ingredientes! ¿sería imposible convencer a algún autor de best-seller como Pérez Reverte o María Dueñas, expertos en novela histórica, que incluyan al profesor Max en alguna de sus obrass o incluso que le conviertan en el personaje principal? yo creo que no, también los escritores más conocidos necesitan personajes magníficos y reales para sus novelas. Todo esto multiplicaría a su vez las posibilidades de marketing para el museo, permitiría convertir al mismo Profesor Max en una marca (¿por qué no vender al estilo vintage sus carteles? son auténticas joyas ¿o llaveros? ¿o copias de sus miniaturas con su marca? ¿o juegos de magia con su nombre? ¿y una escuela de magia?) y de todo esto se beneficiaría en última instancia la ciudad natal del profesor, Brihuega. Se habría creado un producto cultural, turístico y de marketing para una localidad española, con unos pequeños mimbres, simplemente analizando con interés y curiosidad la historia y poniendo en valor la figura y los logros de uno de sus héroes locales. Y no se ha de olvidar que el Turismo es una de las industrias de mayor crecimiento en la actualidad y que son precisamente iniciativas como este Museo, las más diferenciales y difíciles de encontrar en otros lugares.

¿una locura, una ida de olla nocturna? Quizás, pero, en fin, siempre me gustó soñar y pocos proyectos tan bonitos veo como aquellos que se basan en lo genuino y propio de la tierra! 😉

Un abrazo.

Emilio

PD. Qué mejor foto para ilustra este post que uno de esos magníficos carteles de un espectáculo del Profesor Max.