Mes: abril 2014

¡Corred, insensatos! (emprendedores)

Amigo Jorge,

Tras casi 8 años trabajando a diario con emprendedores uno identifica, husmea o al menos huele situaciones en la que lo mejor que se le puede recomendar al emprendedor es, al más puro estilo El Señor de los Anillos (ver video), que corra, que huya y que se olvide de esa oportunidad, de ese negocio o al menos de esa opción emprendedora así planteada.

CUÁNDO HUIR SI ESTÁS EMPRENDIENDO

En colaboración con el equipo del Vivero de Vallecas, he recopilado algunos típicos casos en los que si te encuentras a la hora de emprender, lo mejor es que salgas corriendo (en sentido emprendedor metafórico se entiende). Adjunto algunos ejemplos, organizados por temas, con una breve explicación:

CON INVERSORES 

– Cuando un inversor te pide más del 30% en primera ronda de inversión. Obviamente la casuística es muy grande, pero es habitual que inversores pidan el 30, 40 ó incluso más del 50%; mi reflexión es que si un inversor quiere más del 50% casi es más operativo que la empresa sea suya y que te contrate, ya que no quiere un socio emprendedor sino un empleado.
– Cuando supuestamente invierten «smart money», pero no hay money, y lo smart no es tan smart. Como dice el genial @capitancook «Lo que no es cash es cashondeo», y si te piden un % a cambio de consejos, espacio, formación y demás, mucho ojo con la valoración que se haga del mismo. Al final los € son € y el resto literatura.
– Cuando invierten unos € vinculados a tener la gestoría X, el abogado Y y el consultor estratégico Z. Una inversión tiene el objetivo de que el emprendedor tenga financiación para hacer su empresa más grande y que el inversor pueda ganar dinero, no para que éste gane dinero dando negocio a empresas afines. Una inversión no exige vinculación como en las hipotecas, es importante esto. Mucho OJO con experiencias similares en los premios.
Si un inversor te pide garantías personales (que los hay) para invertir. El ser inversor lleva implícito el riesgo, que para eso es un inversor y obtiene un % de la empresa, y no es un banco.

CON SOCIOS

– Cuando dos socios ponen lo mismo, uno trabaja y otro no, pero ambos tienen el mismo %. Error típico de emprendedores noveles, y habitualmente con amistad entre ellos. Es un polvorín, en un proyecto emprendedor al principio lo que más vale es el trabajo y el esfuerzo que se ponga en él, el no «remunerarlo» es el germen de una bronca segura.
– Cuando emprendes con amigos o familia y no se quiere hacer un pacto de socios; siempre suelen decir que «como hay confianza». Error, pacto de socios siempre, aún más si es con amigos o familia. Y si emprendes con terceros directamente ni se debe plantear el no tenerlo.
– cuando un conocido cualificado (emprendedor, inversor, profesor, excompañero, etc) te pide un % a cambio de consejos y contactos. Vuelvo a la frase de antes, «lo que no es cash es cashondeo». Todo emprendedor es muy libre de dar % a quien quiera y por lo que quiera, pero si alguien te pide un % por contactos y consejos, primero que te los ofrezca, los aprovechas y después le cedes lo que consideres.
– cuando un socio aporta los trámites administrativos de la creación de la empresa por un coste desproporcionado. En los viveros de empresas al ser punto PAE damos de alta sociedades por unos 100€  coste total y en 24-48 horas (obviamente hay casos y casos, pero esto es lo habitual), si un socio dice aportar el alta de empresa y lo valora por encima de 500-600€, ojito. Igualmente, si alguien dice que entra como cofundador de la empresa y recibe un % por hacer el papeleo de crear la empresa, tened en cuenta que la burocracia ha mejorado muchísimo y que, con excepciones obviamente, ya no es una aportación diferencial.
– cuando un socio aporta el «local» a cambio de un % desproporcionado. La casuística es grande, pero cuando un proyecto está empezando el esfuerzo, el trabajo y la dedicación es lo más importante. Lo tangible, como el local o el espacio de trabajo, es MUY importante y se debe valorar, pero en su justa medida. Si hay dos socios y uno tiene el 80% porque «aporta el local» (cuando muchas veces no es más que una mesa en una oficina más grande) es mejor que ese negocio se pague un alquiler como Dios manda y listo. El pagar un alquiler justo, además ayuda a no falsear su cuenta de resultados y demostrar que el negocio realmente lo es y no porque un socio aporte gratuitamente el local.

EN TRASPASOS

– Si en un traspaso te dicen que es el negocio del siglo, que te enseñen TODOS los papeles (licencias, pagos de suministros, etc). Clave ver que todo está en regla y que todos los impuestos y obligaciones están al día. Siempre haz una pregunta al vendedor: ¿si es tan buen negocio por qué lo traspasas? Si la respuesta te resulta convincente y lógica, vete  allí varias semanas para comprobar insitu que eso es verdad, recuerda que «lo que no son cuentas son cuentos».
– Si en un traspaso te meten prisa porque es un negociazo, ojo. Igual que antes: compruébalo antes in situ ¿si es tan buen negocio por qué lo traspasa?
– Ambas situaciones se repiten a la hora de coger el alquiler de un negocio o local.
– En estos últimos casos extrema precauciones si vas a capitalizar el paro. SOLO CAPITALIZA EL PARO SI ESTÁS ABSOLUTAMENTE SEGURO DE QUE EL NEGOCIO QUE TRASPASAS ESTÁ COMPLETAMENTE EN ORDEN. La capitalización del paro no tiene marcha atrás…

EN ALQUILERES

– Cuando existen cláusulas manifiestamente abusivas al arrendar una oficina, local o espacio. Las hay de todo tipo, de garantías exageradas, fianzas desproporcionadas, obligaciones a contratar con x compañías… Hemos llegado a ver que incluso obligan al emprendedor a buscar a su sustituto si éste quiere dejar en un momento el espacio.

EN PREMIOS

– Cuando te dan un premio que realmente es un descuento o que está vinculado a algún pago. ¿se puede considerar premio un supuesto premio de 3.000€ que realmente es un descuento de 3000# en una fantástica consultoría estratégico y de negocio con valor de 10.000€? Pues eso.
Hay infinidad de situaciones más, solo he puesto algunas de las más típicas.
Emprender es una cosa muy seria, arriesgada y en la que la posibilidad de fracaso es alta. Intentar mitigar estos riesgos, especialmente los más evidentes, es el primer paso para que un proyecto empresarial se convierta en viable y rentable.
Abrazos
Emilio
PD. Como es lógico, expongo situaciones generales, pero en emprendimiento nada es absoluto, siempre habría que ir caso por caso.