Mes: febrero 2011

El eterno problema de la competitividad española

Amigo Jorge,

Amo y odio los rankings de países o ciudades a partes iguales. No me gustan ya que por lo general tienen un importante componente subjetivo, son francamente manipulables, dependen en gran parte de la habilidad del evaluador que nunca es el mismo en cada país, la información no siempre es homogénea y comparable, y habitualmente mezclan «churras con merinas», ya que igualan conceptos muy difícilmente igualables, como pudieran ser «la participación femenina en la fuerza de trabajo» con «el acceso a internet en los colegios» o «la tasa de malaria».

Por otro lado, y a su favor, permiten hacer comparativas entre los países o ciudades objetos de estudio, son fruto de un esfuerzo peliagudo de muchas personas, identifican deficiencias, reconocen fortalezas y, sobre todo, al utilizar un mismo patrón de análisis año tras año, permiten analizar tendencias y conocer en qué áreas un país lo está haciendo bien y donde debe mejorar.

Si hablamos de competitividad hay un ranking de referencia, si no el más importante, sí al menos uno de los más reputados y afamados: El índice de Competitividad Global, dirigido por el World Economic Forum.

Habiendo expresado la desconfianza con la que miro todos los rankings que caen en mis manos, paso a escribir dos  pinceladas sobre la situación de España en el mismo. Para eso es importante conocer cómo se elabora el ranking, qué criterios toma en cuenta y cómo se ensambla la información. No es mi objeto aburrirte por lo que intentaré ir al grano, remitiéndote al Informe si quieres más info sobre «cómo leer el ranking» (pág. 71)

Muy en resumen el ranking general de competitividad global, es un agregado de 3 subíndices, cada uno formado a su vez por diferentes pilares, y cada pilar con múltiples indicadores. De este  modo, el ranking general es un agregado de los subíndices «Necesidades Básicas» (formado a su vez por los pilares 1. Instituciones, 2. Infraestructura, 3. Macroeconomía y 4. Salud y Educación Básica), «Trampolines de Eficiencia» (formado por 5. Eduación Superior y Formación, 6. Eficiencia del mercado de bienes, 7. Eficiencia del mercado laboral, 8. Desarrollo del mercado financiero, 9. Disposición tecnológica y 10. Tamaño de Mercado) e «Innovación y factores sofisticados» (formado por los pilares 11. Sofisticación de Negocios y 12. Innovación). Disculpa el rollo pero es importante. Cada uno de los pilares está formado a su vez por diversos indicadores relacionados, aquí, tienes el perfil completo de España con sus más de 110 indicadores (pág. 304). Sobre estos indicadores realizaré parte del análisis.

Como ya he dicho, no me gustan especialmente los rankings, aunque reconozco sus bondades para identificar fortalezas y debilidades y comprobar tendencias. Según esto, expongo primero los «highlights» del ranking general:

El ranking general está liderado por Suiza, seguida por Suecia, Singapur, EEUU y Alemania. Suecia ha subido 2 puestos lo que demuestra que algo deben estar haciendo bien, y el resto llevan varios años en los puestos top, lo que es síntoma de que algo competitivos deben ser también.

España está en el puesto 42, muy lejos de la cabeza y habiendo bajado 9 puestos desde el ranking anterior. Esta tendencia demuestra que España, sin ser muy competitiva, o bien no está mejorando en competitividad global, y si lo hace, lo está haciendo a menor ritmo que otros países. A mi juicio y con las habituales reservas, ambas situaciones no son positivas y muestran que algo no marcha bien.

España ha sido adelantada en 2010 por países como Chipre, Tailandia Bahrein, República Checa, Estonia u Omán, lo que demuestra que algo deben estar haciendo bien. Si bien no son grandes potencias económicas, están avanzando más rápidamente que España.

España está por detrás de prácticamente todas las grandes economías mundiales salvo Portugal (puesto 46), Italia (puesto 48), Brasil (puesto 58), Turquía (puesto 61), Rusia (puesto 63), México (puesto 66) o Grecia (puesto 83). Que España esté en este ranking prácticamente detrás de todos los países de la UE y solo por delante de Italia y de algunos emergentes, tampoco debe ser motivos de felicitarse. Máxime cuando los socios/competidores habituales de España: Alemania (puesto 5), Reino Unido (puesto 12), Francia (puesto 15) u Holanda (puesto 8º) además de estar bien por encima de España, se mantienen en competitividad global o incluso suben puestos. Es importante reseñar además que España baja de puestos mientras que Portugal o Italia, por señalar a los que supera, se mantienen.

Subrayando que este ranking (como todos) hay que estudiarlo con cautela, da pistas de que España podría estar ante una deficiente situación de competitividad global en relación a sus países competidores.

Visto el ranking general, paso a buscar estas pistas en los indicadores (pag. 304), que es donde de verdad se pueden identificar deficiencias y fortalezas específicas. Como son más de 110 indicadores, reseñaré solo aquellos en los que la puntuación de España es manifiestamente positiva (aparece entre los 20 primeros países) y notablemente negativa (a partir del puesto 100, que ya es). Pongo entre paréntesis el puesto obtenido sobre el total de 139 países analizados.

Fortalezas de España:

Excelentes infraestructuras. Puesto 14 en este pilar, con estupendas puntuaciones en «Calidad de las carreteras» (20), «Calidad de la red ferroviaria» (13), «Calidad de la red portuaria» (18) y «Disponibilidad de destinos aéreos» (puesto 8 mundial).

Muy buena Sanidad y Educación Primaria. Con puntuaciones máximas en «Impacto de la malaria en los negocios» (1), «Incidencia de la malaria» (1), «Mortalidad infantil» (17), «Esperanza de vida» (9) y «Tasa de escolaridad infantil (4).

Generoso Tamaño de Mercado. Con una puntuación general de 13 y con puntuaciones notables tanto en «Tamaño de mercado doméstico» (12), «Tamaño de mercado internacional» (19).

Debilidades.

Instituciones. Aunque la posición global del pilar Instituciones no es muy malo (53), sí lo es la de algunos indicadores como «Exceso de Gasto Público» (101), «Carga de regulación gubernamental» (110) y «Coste del terrorismo para los negocios» (117).

Eficiencia del Mercado de Bienes. Como antes, aunque la posición de este pilar no es muy negativa (puesto 62), puntuaciones muy bajas en «Extensión y efectos de los impuestos» (puesto 112), «Impuestos Totales» (112) y «Tiempo requerido para comenzar un negocio» (117 de 139), señalan una evidente debilidad.

Eficiencia del Mercado Laboral. Un puesto 115 sobre 139 de este pilar muestra que estamos ante una clara deficiencia, máxime cuando hablamos de puestos relativos, dicho de otro modo «114 países cuentan con mercados de trabajo más eficientes que el español»; demasiados países se me antojan para querer ser competitivos en un entorno global. Los puestos obtenidos en «Flexibilidad en la determinación de salarios» (124), «Rigidez en el empleo» (119), «Contratación y extinción de relaciones laborales» (137!!!!!!) o «Pagos y productividad» (109) señalan que hay claramente muuuuuucho margen de mejora en estos asuntos.

Sin ánimo de aburrirte, dicho está que los rankings hay que estudiarlos con cautela, pero dan pistas; y si España obtiene esas puntuaciones tan altas en Infraestructuras y Salud, debe ser que algo se debe estar haciendo bien en esas áreas, y unas puntuaciones tan bajas en los mercados de bienes y trabajo, sin duda, muestran que algo no funciona del todo bien y que es ahí donde deberían incidir las futuras reformas y mejoras.

Este ranking de competitividad global no es la Biblia, pero más allá de ver el puesto general de España, que es importante, el análisis de los indicadores lo es mucho más, ya que sin duda muestra, en este entorno global, donde se está fallando. No olvides amigo Jorge, que son puntuaciones relativas, y no quiere decir que en las áreas que sacamos malas puntuaciones lo estemos haciendo mal, sino que muchos otros lo están haciendo mejor. Según releo esto creo que alcanzar un puesto de 137 sobre 139 países analizados no tiene mucha interpretación acerca de donde hay que mejorar desde ya…

Con esto no quiero decir que el mercado laboral tenga la culpa de todos los males nacionales, pero desde luego ahí algo no se está haciendo bien en España. Y dígase lo mismo respecto a los impuestos totales existentes o el tiempo necesario para montar un negocio. Pensaba seguir el post y acabar con algo positivo pero visto lo visto… ¿te saco el Doing Business 2011 (pag. 51) o lo dejo para otro día? 🙂

Un abrazo.

Emilio